Patricia Guerrero Guzmán.
Contaba la ciudad de México hace 125 años, en 1895, ya para cerrar el siglo XIX con 476 413 habitantes. Lo sabemos bien porque ese año se realizó el primer Censo de Población que presentó su información el 20 de octubre de ese año. Era una ciudad en la que todavía había cuerpos de agua, lagos, canales y ríos, calles polvosas y animales e insectos que ya no se ven. Recordemos los pregones en las calles “Chichicuilotitos vivos … que compren”. La ciudad estaba llena de pregoneros y así a grito vivo se anunciaban los periódicos y revistas.
Se publicaban diarios que hoy son desconocidos, como “El Relámpago”, “La Raza Latina” y hasta uno en inglés, “The Mexican Herald”. Había muchos semanarios como “La Sombra de Hidalgo”, “El Mundo Ilustrado” , “La Tierra”, “El Progreso de México”, “El Niño Mexicano” que era para niñas y niños, un semanario cómico “Gil Blas Cómico”. No faltaban las revistas mensuales y mensuales “El Agricultor Mexicano” que da cuenta del carácter semi rural de la Ciudad en la que predominaban actividades agropecuarias. También existían publicaciones irregulares como “El Continente Americano”. Esta ciudad era el centro de la información, pero también en los estados existían semanarios como “El Campo” de Aguascalientes, la “Revista de Chihuahua” y “El Avisador” de Acapulco.
En aquella época se publicaba el anuario “Boletín Demográfico de la República Mexicana, el anuario “Geografía y Estadística de la República Mexicana” que daban cuenta de esta información. Había otras publicaciones de carácter científico como el “Almanaque Mexicano de Artes y Letras” o el “Anuario de la Academia Mexicano de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales”. La Ciudad de México era el centro informativo del país.
Eran tiempos de consolidación de la dictadura de Porfirio Díaz que prohijó publicaciones oficialistas como “El Imparcial” que sería fundado en 1896 en éstas ciudad con un subsidio de 50,000 pesos, que era una fortuna en aquella época. Hubo otro diario porfirista “El Universal” fundado en la Ciudad de México, en el año 1888 que luego sería el órgano oficial del partido científico y en su momento se consideró el principal diario en la capital.
Por contraparte se perseguía a la prensa independiente de la oposición que criticaba al régimen y denunciaba sus atropellos. Fue el caso de “El Hijo del Ahuizote periódico – revista satírica fundada en 1885 por Daniel Cabrera Rivera y Manuel Pérez Bibbins, junto con Juan Sarabia. En julio de 1902, Ricardo y Enrique Flores Magón arrendaron la publicación y se encargaron de la edición. Durante esta época se caracterizó por su oposición al régimen de Porfirio Díaz a través de la difusión de caricaturas. El ahuizote es la nutria o perro de agua, animal que tiene lugar en la mitología mexica; la palabra proviene del náhuatl “ahuízotl”, a(tl), que significa “agua”, y de huiz(tli), que significa “espina”. Fue un período muy represivo contra toda prensa En aquel tiempo, Díaz no toleró las críticas a su gobierno y desató una fuerte represión contra la prensa libre. Las imprentas se destruían, se prohibían los periódicos y se encarcelaba y hasta asesinaba a los periodistas.
Algunos rincones de nuestra ciudad, muchas de sus costumbres y desde luego varios espléndidos edificios nos hacen recordar aquella ciudad de fines del siglo XIX.