Pablo Moctezuma Barragán
Las epidemias han rondado siempre por lo que hoy es nuestra ciudad, zonas aledañas y en general en el país, nos han acompañado a lo largo de los siglos.
Aquí en el Anáhuac En el año 7-tochtli, el 1,068 en nuestro calendario se dio la “Gran pestilencia” que se atribuye como una de las causas del abandono de Tula. Las crónicas dicen que en esa epidemia murió la mayoría de la población.
En 1450 año 10 tochtli. Se desato en México-Tenochtitlan el “Catarro pestilencial” debido a bajas temperaturas. Fue una influenza muy mortal que afectaba las vías respiratorias de los pobladores que enfermaban en esta Cuenca de México.
Otra epidemia en estos lugares, posiblemente de difteria se vivió en 1456 entre los mexicas o tenochcas en lo que hoy es la Ciudad de México. En 1496 sufrieron de tifo en Xochtlan, Tehuantepec y enfermedades respiratorias.
Antes de la invasión española, el Anahuac era salubre, tenían costumbres muy limpias y todo estaba muy organizado. Tenían drenajes y procesaban deshechos orgánicos. Luego vino la hecatombe tras la llegada de los españoles a México, se dio una verdadera catástrofe.
El siglo XVI fue espantoso en cuestión de epidemias, tan mortíferas que murió la mayoría de la población. En 1520 con la llegada de los españoles comenzó la propagación de enfermedades como la viruela. La que se dice fue provocada por un esclavo afrocubano, Francisco de Eguía, no se sabe si intencionalmente.
Esa epidemia diezmó tremendamente a los ejércitos de los mexicas y aliados y ayudó mucho a consumar la invasión. Costó la vida de miles de indígenas, entre ellos Cuitláhuac hermano de Moctezuma, que enfrentó con tal tino a los invasores que nunca pudieron derrotarlo. Solo la epidemia pudo con él.
La segunda epidemia ocurrió en 1531 y vino también por parte de los españoles. Fue el sarampión que se propagó rápidamente entre los indígenas; muchos murieron, aunque no tantos como con la viruela; sin embargo, produjo grandes estragos. Al sarampión lo llamaron “Tepiton zahuatl”, que quiere decir lepra chica, para distinguirla de la viruela.
Pero ahí no pararon los problemas en 1545, hubo una epidemia de salmonela “Cocoliztli” que causaba fiebres, además de problemas gastrointestinales, debilidad, dolor de estómago y sangre en la heces. Después de 5 años mató al 80% de la población alrededor de 15 millones de personas en el Anáhuac. Esta peste fue una de las peores epidemias después de la peste negra europea.
Otra vez en 1555 se desató la viruela y el sarampión, agravada por los trabajos forzados, el hambre, y las malas condiciones de vida por el pago de tributos, además por la esclavitud que sometía a los trabajadores a una vida miserable, el trabajo en las minas causaba gran mortandad.
Otra gran peste fue la que sufrió la Nueva España de 1576 a 1581 fue de gran magnitud y causó gran daño. En 1596 se desató una epidemia tanto de sarampión, como de paperas y tifus. Los esclavos eran víctimas de la diarrea, disentería, neumonía, paludismo, fiebre amarilla, amibiasis, lepra y sífilis.
Así terminó el siglo XVI uno de los mas negros en la historia de nuestra Ciudad que no solo fue destruida totalmente por los europeos, sino que vio morir a la mayoría de sus habitantes, por las epidemias, la guerra, en la construcción de obras y por hambre y necesidad.