Pablo Moctezuma Barragán
En la colonia, las mujeres de conocimientos y que eran activas, creativas, curiosas o rebeldes frecuentemente eran acusadas ante la Inquisición y sufrían largos años en tétricas cárceles y algunas eran quemadas vivas en la plaza pública. O les hacían vestir un sambenito para escarnio público.
A pesar de que las mujeres de la Nueva España pocas veces podían acceder a la educación y a conocimientos que les estaban vedados, hubo en muchas el interés y buscaron oportunidad de educarse y conocer, ya cercana la Independencia, todo tipo de literatura incluyendo también las obras de la ilustración, que eran libros muy prohibidos por la siniestra inquisición española. Las mujeres mas avispadas en nuestra ciudad fueron lectoras de los principales autores y comulgó con el pensamiento liberal de Voltaire y Rousseau.
El mejor ejemplo del afán femenino de conocimiento, en nuestra ciudad, lo tenemos en Sor Juana Inés de la Cruz. Que fue una niña sencilla que vivió en Amecameca, también estuvo en Yecapixtla, Nepantla y en Panoaya donde su abuelo tenía tierras, allí Juana aprendió náhuatl con los indios de la región que en las tierras del abuelo sembraban trigo y maíz.
A los 3 años aprendió a leer y escribir, tras que su hermana mayor le enseñó a escondidas de su mamá quien como todas las mujeres de su época no sabía leer y escribir. Se enamoró de la lectura y devoró toda la biblioteca de su abuelo Pedro Ramírez. Al mismo tiempo convivió con esclavos negros, peones indígenas, campesinos mestizos y de dio cuenta de la discriminación existente, que siempre repudió. De muy niña asistió a la modesta escuela rural “La Amiga” y pronto se distinguió por su aplicación.
En 1660 su afición al conocimiento, la traslada a nuestra querida ciudad a vivir con unos parientes. Aprendió todo cuanto era conocido en su época, es decir, leyó a los clásicos griegos y romanos, así como, teología del momento. Su afán por saber era tal que intentó convencer a su madre de que la enviase a la Universidad disfrazada de hombre, puesto que las mujeres no podían acceder a esta. Ella contaba que, al estudiar una lección, cortaba un pedazo de su propio cabello si no la había aprendido correctamente, pues no le parecía bien que la cabeza estuviese cubierta de hermosuras si carecía de ideas.
Así se forjó a sí misma esta extraordinaria mujer y poeta, astrónoma, música, gastrónoma, filósofa.
En el momento clave, la mujer mexicana jugó un papel relevante en la lucha por la independencia de México. Desempeñando en todo momento un papel clave; muchas fueron las grandes heroínas y trabajaron desde la capital de la Nueva España como Leona Vicario, Mariana Rodríguez del Toro, y muchas otras patriotas que se entregaron a la lucha por la liberación.
En la Independencia lo hicieron desde todas las trincheras, en todos los ámbitos, no solo como enfermeras y cocineras, sino como dirigentes e ideólogas, combatientes armadas, organizadoras, espías, propagandistas, estrategas, en el apoyo logístico. En todos los rumbos del país siempre la mujer sostuvo la lucha por la Independencia, no sólo contra los invasores españoles, también contra los estadunidenses y contra los invasores franceses. La mujer ha sido el alma, la base, el motor de luchas cruciales. Aquí en la ciudad fueron el alma de la organización “Los Guadalupes” que tanto ayudaron a Hidalgo, Morelos, Guerrero.
Hay una mujer, no tan conocida como Leona Vicario que hay que recordar: Mariana Rodríguez del Toro Lazarín. Organizó tertulias literarias para preparar la rebelión de 1810. Esposa de Don Manuel Lazarín un dueño de la riquísima mina de La Valenciana, ubicada en Guanajuato. Conspiró en abril de 1811 para secuestrar al virrey. al ser descubiertos fueron encarcelados en las cárceles de la Inquisición, y se les despojó de todos sus bienes. Fueron liberados ella y su esposo, hasta el triunfo de la Independencia.
Mencionemos a La Güera Rodríguez, hermosa, inteligente, que uso su posición, aún enfrentando a la inquisición para separar a México de España.
Inolvidable Doña Petra Teruel, ella desde la Ciudad de México, organizaba tertulias, empeñó sus valiosas joyas para ayudar a los insurgentes Vicente Guerrero y Guadalupe Victoria. Amiga íntima de Leona Vicario. Casada con un regidor realista, , ayudó cuanto podía a los insurgentes dándoles dinero y abogaba por ponerlos en libertad y siempre apoyó a los presos por sedición. Doña Petra Teruel de Velasco, es llamada “hada protectora” de los insurgentes, por la ayuda material y moral que prestó en todo momento a los patriotas.