Marisa Mimenza
Este 8 de marzo de 2020 Día Internacional de la mujer salieron a la calle en la Ciudad de México decenas de miles de mujeres en la lucha por su seguridad y sus derechos. Partieron del Monumento a la Revolución en dirección al zócalo de la Ciudad de México. Es un gusto ver que miles de jóvenes mujeres que se reunieron aquí ya ven la vida fuera de la estructura patriarcal, machista, arcaica que tradicionalmente rige nuestro sistema económico y social. Estas mujeres además de alzar su voz contra la injusticia y la violencia educarán a sus hijos con una nueva visión sobre la vida sin machismo. Diversas fueron sus demandas seguridad, equidad en el trabajo, manutención de los huérfanos por feminicidio, ser representadas en el gobierno, alto a la discriminación, salud y salud reproductiva, aborto legal. Pidieron también que la iglesia no se meta con sus ovarios y sus vaginas, el derecho a la educación, la conservación del medio ambiente, etc, pero sobre todas, la más importante: ¡NI UNA MUERTA MÁS!
La Cuarta Transformación, encabezada por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, ha hecho su parte y aunque falta mucho por hacer para resolver este problema, he aquí algunos de sus aciertos: Está claro que para que haya equidad de género debe haberla en otros aspectos. Durante estos 15 meses de gobierno se ha aumentado el salario mínimo dos veces, en 2019 aumentó en un 16% y en 2020 un 20%, ambos aumentos sin precedentes. En cuanto a la equidad en puestos de gobierno, legalmente ya existe la paridad de género en las cámaras de diputados y de senadores, pero además, el licenciado López Obrador ha conformado su gabinete con ocho mujeres y ocho hombres, siendo el primero en la historia de México que asigna a una mujer en la Secretaría de Gobernación, a Olga Sánchez Cordero, siendo líder en este tema a nivel mundial, además de que muchos otros cargos de su gobierno están ocupados por mujeres. En cuanto a programas sociales federales, con los que se apoya a 21 millones de personas en todo el país de las cuales 12 millones seiscientos mil son mujeres, y el 60% del gasto en estos programas llega directamente a manos de mujeres. Esto sin duda ayudará a promover su autonomía y a reducir la dependencia, que muchas veces es por lo que las mujeres toleran la violencia dentro de la familia y en el trabajo.
Por su parte la UNAM, a través del Rector Enrique Graue, anunció 5 ejes para fortalecer la atención y prevención de los casos de violencia de género:
1.- Crear un organismo autónomo de la Rectoría que atienda estos casos, el cual ya ha sido consensuado con los diferentes actores, y hará más expeditos los procesos de denuncia y resolución, así como el acompañamiento de las víctimas.
2.- Ampliar el Tribunal Universitario con perspectiva de género. Esta iniciativa ya se presentó y aprobó por la Comisión de Legislación Universitaria del Consejo Universitario (CU), y en los días siguientes se entregará al pleno.
3.- Fortalecer la Defensoría de los Derechos Universitarios, a través de su Reglamento.
4.- Incorporar asignaturas con perspectiva de género en los planes de estudio.
5.- Impartir cursos y la divulgación de materiales didácticos para explicar los procesos que fortalezcan la cultura del respeto.
Queda mucho por hacer para erradicar la violencia contra las mujeres y lograr una verdadera equidad de género. Los índices de violencia en el país son alarmantes y eso viene de la mano con la violencia contra la mujer. La pobreza, la desigualdad y la descomposición social juegan un papel importante en los índices de violencia. El conocer los orígenes de la violencia y de la violencia de género es imprescindible para resolver el problema. La atención a estos aspectos y la lucha contra la explotación permitirá a las familias una mejor convivencia. La atención a los jóvenes, el derecho a un trabajo digno que no sea esclavizante y a la educación a todos niveles, los alejará de vicios y conductas antisociales. El desarrollo armónico de la Nación es, sin duda, la mayor aportación para erradicar la violencia contra las mujeres y lograr una verdadera equidad.
¡Ni una más!