La mujer en nuestra ciudad 

Pablo Moctezuma Barragán 

En lo que hoy es la Ciudad de México, antes, hace 500 años, en Mexico Tenochtitlan la mujer desempeñaba un papel muy importante en la sociedad. Ellas podían ser sacerdotisas ( cihua—tlama—casqui ), en donde sus funciones eran: organizar los principales ritos, elaborar lienzos y atizar el fuego sagrado. También eran las parteras, curanderas, astrólogas, gobernantes y eran reconocidas dentro de la sociedad, participaban en la agricultura, el comercio, la manufactura y había una asamblea de mujeres. Las ancianas tenían funciones importantes, ya que eran sabias, maduras y serenas. 

Las mujeres tenían una participación económica importante, pues intercambiaban en el tianguis productos elaborados o cosechados por ellas mismas, además de animales, producían textiles y trabajos de alfarería.  

Aquí en nuestras tierras, el género femenino tenía muchos espacios de respeto y la posición social de la mujer en la época prehispánica era de gran dignidad. Su participación política lejos de ser pasiva fue muy destacada. Había incluso asambleas de mujeres. 

A nivel religioso había representaciones (que no diosas) y en el Omeyecan (lugar de la dualidad) donde residía la energía suprema Ometeotl contaban con una dualidad mujer-hombre Omecihuatl y Ometecutli. 

La situación de la mujer cambió drásticamente con la colonización que comenzó dramáticamente con el genocidio contra mujeres, niñas, niños, y población en general; además de la violación masiva de mujeres y su sometimiento total, por lo tanto se le explotó al máximo. 

En nuestra ciudad en la colonia únicamente se instruía a las mujeres de la élite en las labores de cocina, costura, repostería etc. para que fuesen buenas “amas de casa”, y se dedicaran a asistir a la iglesia. Una actividad que sí podían realizar era participar en los coros de las cofradías religiosas; también en ocasiones les enseñaban danza para acompañar al hombre en reuniones sociales, festejos y mitotes. Pero no solo en la vida familiar o en el trabajo se vivía el control masculino también los espacios públicos que eran controlados por el hombre. 

El colonialismo extranjero fue un poder que sometió a la mujer. Nunca como en esta época de subordinación al Imperio Español, vivió sometido el sexo femenino. Toda propiedad le correspondía al marido. Ahí encontramos el origen principal del actual sometimiento de la mujer en México y el triunfo cabal del patriarcado.

Ni siquiera podían escoger libremente a su pareja, los padres le podían imponer el matrimonio con un rico anciano o con un ser detestable. Si la mujer se negaba era encerrada en un convento. Si un novio a quien amaba osaba ir a rescatarlas de su encierro, era buscado por la policía y castigado. Ella volvía al encierro. Desde el inicio de la invasión española fue sometida, sujeta, ultrajada y marginada. Y el patriarcado las separó de las principales funciones sociales. A pesar de todo la lucha de la mujer mexicana durante la colonia fue constante, tenaz, sutil y valiente. Y se efectuaba de mil modos. 

Aquí en Mexico-Tenochtitlan, fue de hecho una mujer la que se adelantó a Hidalgo, Morelos y Guerrero en la abolición de la esclavitud. Tecuixpo Ixkaxochitl, mas conocida como Isabel Moctezuma desde 1550 escribió en su testamento 

“Dispongo, pues sé que he de morir, que todos mis esclavos y esclavas naturales del país devengan personas libres, pues yo siempre los he considerado así.”  

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