EL SUCESO QUE NOS CAMBIÓ LA VIDA

Han pasado exactamente dos años de que se instauró la sana distancia en México, ante la llegada del Covid-19, dos años de que la vida no volvió hacer igual, en donde el uso de cubrebocas, gel antibacterial, sana distancia y los saludos sin besos, ni abrazos, fueron parte del día a día de los mexicanos y de los residentes del mundo.

Un 23 de marzo de 2020 en México, se bajó el telón y las cortinas de los museos, salones de baile, teatros, cines, balnearios y los estudiantes adelantaron sus vacaciones de semana mayor para poder estar en casa ya que empezaba un periodo de aislamiento, el cual se aseguraba que sería de un mes.

Poco a poco con el paso de los días nos fuimos dando cuenta que el virus había llegado para quedarse; pasó el plazo del primer mes y se tuvo que extender por más tiempo, en los noticieros anunciaban fechas tentativas de la culminación, unos aseguraban algunos meses y otros hasta años; hoy han pasado dos años y sigue contando.

Las peores etapas de esta pandemia han pasado, aunque esto no nos debe hacer pensar que ya lo superamos, en muchos países están viviendo sus quintas o sextas olas, pero sabemos que ha sido un tiempo para reflexionar y tener mayores cuidados y saber que la enfermedad existe y que es real.

Los médicos e investigadores del mundo se unieron con un solo motivo, encontrar una solución a este virus que invade al mundo, además de que no se tenía alguna referencia del mismo. Afortunadamente en el país y en especial la Ciudad de México, no terminaba el año 2020, cuando llegaron las primeras dosis de vacunas y se empezó a inocular a la población en riesgo, que en ese entonces, eran las personas adultas mayores, debido a la variante que predominaba.

Hoy en pleno marzo de 2022, sabemos que es un virus poderoso que sigue mutando y que existen víctimas mortales, pero hemos llegado a un porcentaje muy alto de vacunación en donde la mayoría de la gente de 18 años en adelante están vacunadas. Podemos ver que nuevamente se llenan los parques, las plazas públicas, que el comercio vuelve a resurgir y que la vida nocturna en la ciudad vuelve a vivir; tal vez nada será igual, pero debemos aprender a vivir con ello.

México se pinta de verde, la vida sigue… A seguir cuidándonos.

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