“LUGAR DE LOS QUE TIENEN COYOTES”

Ángeles González Gamio

El sabio humanista Miguel León-Portilla refiere en su texto “Códice de Coyoacán- Nómina de tributos, siglo XVI”, que el glifo de esa localidad ya se encontraba representado en un documento del siglo VII. Esto nos habla de la antigüedad de dicha población cuyo nombre significa “lugar de los que tienen o poseen coyotes”.

De acuerdo a León-Portilla la intromisión del coyote en el topónimo se justifica si se considera que, Coyoacán, estaba consagrada a una de las deidades mas importantes del panteón mexica: Tezcatlipoca, “espejo humeante”. Los dioses mesoamericanos poseían su nahual, que consistía en la facultad de transformarse por las noches en animales para interactuar con los humanos, en el caso de Tezcatlipoca era justamente ese cánido.

Hernán Cortés llegó a Coyoacán en agosto de 1521 y entre sus primeras acciones mandó levantar una sencilla capilla dedicada a la Purísima Concepción, en donde se pudieran celebrar misas. Se dice que en este lugar se celebró la primera en la región. Años más tarde se levantó en su lugar un bello templo barroco que se conoce como la Iglesia de “la Conchita”, que bautiza la bella plaza que la alberga.

Debido a daños estructurales, hace unos años el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) intervino el inmueble y confirmó que se edificó sobre un altar tolteca. La capilla española fue reconstruida varias veces, la última en el siglo XVIII, que es el templo que hoy se puede apreciar. Ya en

el apogeo del estilo barroco, se ornamentó la fachada con elaborados motivos de argamasa, llamados ajaracas. Luce dos esbeltas torres estriadas y en el interior conserva primorosos retablos de la época.

En Coyoacán , Cortés instaló sus primeras casas y se estableció por breve lapso la primera capital de la Nueva España, mientras comenzaba a reedificarse México Tenochtitlán. También se avecindó en este sitio el ambicioso y sanguinario Pedro de Alvarado, causante de la matanza del Templo Mayor. Esta artera traición finalmente llevó a la no bien aclarada muerte de Moctezuma y a la famosa derrota de los españoles, que pasó a la historia como “la noche triste”. Visto desde la perspectiva de los mexicas fue la noche victoriosa.

Una vez trazada y reconstruida la ciudad de México y designada como capital de la Nueva España, en 1523 Cortés abandonó Coyoacán. El emperador español, Carlos V, en pago a los méritos obtenidos por la conquista de Tenochtitlán, le otorgó un Marquesado con los nombramientos de juez, gobernador, justicia mayor y capitán general de la Nueva España. El 6 de julio de 1529, la corona española le otorgó el título de marqués del Valle de Oaxaca y le proporcionó una enorme extensión de tierras, entre las cuales se encontraba Coyoacán, que de esa forma obtuvo el rango de cabecera del marquesado.

Como el día está frío y lluvioso se nos antojó un queso fundido con panecillos para remojar, acompañado de un vino tinto. El lugar: La Fondue, pequeño y acogedor, se encuentra a un costado de la parroquia de Coyoacán.

Hay el fondeau tradicional, de chipotle o a las hierbas finas, si prefiere sabor fuerte hay de brie, roquefort o gruyere. Para postre el de chocolate con el

acompañamiento de fruta picada.

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