Yesenia Esquivel Nolasco
Al principio de la pandemia de Covid-19, por los meses de abril, mayo era muy raro ver la ciudad desértica casi nada de gente en el Metrobús, pocos carros, pero todo comenzó a reactivarse a principios de junio y fue cuando comencé a usar el Metro lo cual me provocó un poco de miedo de contagiarme ya que el ambiente se sentía muy raro…
Pero de alguna manera mi curiosidad era más de cómo se estaba comportando la gente en el subterráneo y la sorpresa fue que había poca gente en un principio con los protocolos muy estrictos de gel, cubre bocas, guantes , careta…Y veía que sanitaban los vagones y comencé a sentir seguridad y también debido a que la gente por necesidad de ganar dinero tenía que salir , los mercados a su vez comenzaron a reabrir sus puertas con sus protocolos, aunque de repente no faltaba alguna persona que se enfurecía y argumentaba que el COVID-9 no existía que era mentira.
Pasaron las semanas y posteriormente en julio , septiembre comenzó a salir aún más gente y corrieron las noticias de gente más enferma y algunos utilizando esto por pretexto , aprovechándose para realizar acciones que se malinterpretaran. Por ejemplo, en mi caso, mi trabajo no me permite hacerlo desde casa todo es físico y operacional lo cual si se estanca al final repercute muy negativamente entonces me programe para asumir mi responsabilidad vitaminándome, meditando y así es como he seguido en movimiento , lo cual esto no va a parar.
Vivimos actualmente una etapa muy diferente, que conduce a reflexionar sobre el tiempo en que estamos de paso, que somos mortales y que en minutos o segundos todo puede cambiar…Será necesario reinventarse ante esta nueva fase en la cual es incierta y el tiempo sigue corriendo, y considero que es cuando surge el momento de la espiritualidad de amarse y valorarse más y tener responsabilidad social para cuidar de los demás. Para elevar el sistema autoinmune es importante inyectarnos mucha fe interna y eso a su vez nos eleva la seguridad y ayuda a construir una nueva concientización para seguir persiguiendo nuestro proyecto de vida que cada una de nosotras y nosotros debe tener. Pero también este tiempo de COVID-19 , tiene otras facetas, no es todo malo ya que ahora comprendo más qué las cosas pasan por algo y en esta etapa me ha enseñado a ser más observadora en de los paisajes hermosos que el cielo nos regala, los pájaros que se sienten en mayor libertad de andar sin miedo a ser capturados , en convivir más con la familia cercana y verificar como estaba viviendo anteriormente y depurar lo viejo para soltar lo pasado y renacer.
En estos tiempos de COVID-19, la moraleja que deja es levantarse como un ave fénix, en reinventarse hacia el medio ambiente para adaptarse a éste y sobrevivir, venciendo resistencias, ya que la adaptación al cambio externo implica también un cambio interno en el organismo para su supervivencia.